Hola, mi nombre es Alma. Llegué al mundo de la educación hace varios años, no sin antes dar algunas vueltas por otros caminos que me han hecho ser quien soy. Mi primera carrera fue la de  arte y diseño, pero desde pequeña mi sueño había sido irme a Irlanda así que con 24 años me fui a vivir a Galway, con la intención de seguir estudiando. Allí estudie un ciclo de quiromasaje y terapias alternativas y mientras estudiaba empecé a trabajar con una familia cuidando a sus 4 hijos. Creo que fue ahí donde empecé a leer sobre educación por mi cuenta, para poder atender mejor a los niños, y descubrí las escuelas Montessori gracias a ellos. Al volver a Barcelona, decidí hacer el ciclo de TEI, pero al acabar se me había quedado muy corto, así que seguí con la carrera de maestra de educación infantil. Mientras  estudiaba la carrera trabajaba de educadora, y aunque me dio una base muy buena y necesaria, vi que lo que yo sentía/buscaba era una educación un poco «distinta». Para mí el componente del respeto a los tiempos y las necesidades de los niños/as es algo muy importante. No concibo una educación para todos igual, con el mismo molde, cuando cada uno de nosotros es tan distinto a los demás. Y lo mismo pasa con el cariño y el afecto, no creo que se pueda acompañar a nadie sin un vínculo cuidado con aquellos con quienes compartimos algo tan importante. Por eso, una vez acabé la carrera, he seguido formándome ya sea por la vía más formal (guía montessori 0-3, educación viva…) como a través de talleres y conferencias más informales, para poder ir acercándome a lo que personalmente creo que les debemos a todos los niños y niñas.

Amante de la naturaleza en general y el mar en particular, durante mi tiempo libre me encanta poder salir a la montaña con mi perro. Me resultan muy interesantes el folclore y la mitología, los cuentos tradicionales y la expresión artística. También disfruto practicando yoga y artes marciales.